Mientras en el Concejo Deliberante todavía debaten sobre la venta del inmueble donde funcionaba la ex Dirección de Tránsito, el edificio acumula basura y les genera dolores de cabeza a los comerciantes de la cuadra.
Los escombros, la basura y las alimañas conviven en el interior de la antigua sede de la repartición. Numerosas grietas recorren la fachada del edificio y los vidrios rotos generan desconfianza entre los peatones que circulan por la zona céntrica. “Durante la última tormenta se cayó un pedazo de vidrio del segundo piso. Es un peligro con toda la gente que pasa por allí. Puede matar a alguien”, aseveró Walter Villafañe, kiosquero de la cuadra. Señaló que la instalación del contenedor en la entrada del edificio fue uno de los principales errores: “se llena mucho y después la gente comienza a tirar residuos alrededor”.
Además, los comerciantes comentaron que más de una vez recibieron visitas indeseadas en sus locales: ratones que salían de allí. Una de las que los padeció fue María del Mar Rivero, quien trabaja al frente. “Una vez salió un pericote, cruzó toda la calle y se quedó en la entrada del negocio. Me subí a una silla hasta que pasaron unos adolescentes y lo espantaron. Agradezco que no haya entrado en el depósito porque sino, no la sacábamos más”, relató.
El mal olor es otra de las complicaciones que trae el derruido edificio. Florencia Pérez Ochoa trabaja en un local que vende telas y padece el fétido aroma que despide el lugar: “sucede que la gente tira mucha basura. Se llena y no te dan ni ganas de trabajar. También se sale del contenedor y cae en la calle”. Soledad Contreras, empleada de comercio, también señaló al olor como el principal problema. “Es muy sucio el edificio. Tendrían que hacer algo. Siempre prefiero cruzarme de vereda para no pasar por ahí, ya que me dijeron que había ratas”, indicó.
Los vecinos también arguyeron que genera problemas estéticos en la cuadra. “Da muy mal aspecto, siempre está muy sucio y no combina con nada en la cuadra. Encima siempre salen cucarachas”, dijo Florencia Montesino, quien trabaja frente al edificio. Su compañera, Verónica Paratore, coincidió con ella: “sería lindo que solucionen el problema con el edificio. Me gustaría que se use para instalar más comercios y se combine con los que funcionan en la zona”.
Mario Campos, encargado de una zapatería, comentó que los problemas empeoran con la lluvia. “El edificio se inunda por dentro y toda el agua sale por las grietas, choca con las ventanas y cae como una cascada si llueve fuerte”, describió.
Sin explicaciones
El director de Higiene Urbana de la Municipalidad, Jorge Pérez Musacchia señaló que el mantenimiento del edificio corresponde a la Dirección de Catastro. LA GACETA intentó comunicarse con el titular de esa repartición, Juan Manuel Ledesma, pero no obtuvo respuesta.